1 Timoteo 1:18-20 NTV

La conciencia es un don universal de Dios. ¿Cómo se encuentra su conciencia? Para responder a esta pregunta tenemos que confrontar nuestra conciencia con las situaciones, con las circunstancias y con las oportunidades, en lo ético, lo moral y lo social. Las personas pueden tener una conciencia muerta. Pues han rechazado tanto la voz de la conciencia, que ya no la escuchan. Pero para un cristiano, la conciencia es la voz de Dios. Él es quien nos guía, y hace el trabajo a través de su Espíritu Santo. Ósea que nuestra conciencia siempre es dirigida y alimentada de alguna forma por Dios.

Todos tenemos conciencia, independiente de creer en Dios o no creer. Por esta razón, todos debemos constatar que nuestra conciencia está activa, pues la conciencia activa es el saber de lo moral. Lo moral son los actos del ser humano en cuanto al bien y al mal.


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